El azúcar: El enemigo silencioso de los dientes
Cuando se afirma que el azúcar es un veneno para los dientes se incurre en una exageración, ya que un veneno es una sustancia química que introducida en el organismo en cantidades pequeñas o moderadas produce graves trastornos o incluso la muerte, y este no es el caso; sin embargo, consumir azúcares añadidos en grandes cantidades resulta realmente dañino para la salud dental.
Si bien el azúcar no destruye los dientes de manera inmediata, sí podría afirmarse que abusar de su ingesta les garantiza una destrucción paulatina por ser un alimento para las bacterias cariogénicas que se encuentran en la boca, responsables de producir la caries, dado que estas bacterias fermentan los restos de azúcar que quedan entre los dientes y producen ácido láctico, el cual a su vez disminuye el ph de la boca hasta hacer vulnerable el esmalte de los dientes cuando éste llega a valores muy ácidos (5,5), descalcificando los dientes y dejándolos desprotegidos, sobre todo cuando el paciente pasa más de 12 horas sin cepillarse.
Los caramelos duros y las bebidas azucaradas, incluyendo los refrescos de dieta, encabezan la lista de los alimentos dañinos para los dientes por su alta cantidad de azúcares añadidos. Beber al menos una taza de agua luego de consumir estos alimentos puede reducir su efecto perjudicial, ya que no se trata de prohibirlos pero sí de generar conciencia de los daños que generan cuando se abusa de su consumo.
El azúcar natural es un componente necesario de la alimentación, ya que proporciona energía al cuerpo y muchos órganos vitales como el cerebro necesitan del azúcar natural para llevar a cabo sus funciones. Este azúcar natural se encuentra en forma de carbohidratos en alimentos como las frutas, papas, arroz, verduras y leche.
Existen edulcorantes naturales como la miel, la maleza, el azúcar de caña evaporada, fructosa, malta de cebada y jarabe de arroz, que si bien son menos perjudiciales para la salud en general, afecta de igual manera del esmalte de los dientes. Los sustitutos del azúcar como Splenda, sacarina, sucralosa y aspartamo no se digieren de la misma forma pero tiene dulce, y las bacterias cariogénicas se alimentan de ella y producen el ácido que descalcifica los dientes y los deja vulnerables ante la caries.